Y entonces te asomas a mi boca, de la misma forma que un
leopardo a su presa, cauteloso, en silencio, con la armonía que ofrece el paso
firme y bien dado...
Y entonces te miro a los ojos y veo a través de ellos tu
intención y mis ganas, tu sereno acercamiento y mi precipitadas ansias.
Y entonces, a tan solo un centímetro de tu meta, frenas en
seco y lo que a penas es distancia se convierte en viaje eterno.
Y entonces dejas caer tu respiración, que con picardía
atraviesa la barrera de mis labios y se aloja en mi lengua,
haciendo que cada
poro de mi piel se estire en tu encuentro y un latigazo llamado deseo haga que me
envuelva en tus sabanas.
Y entonces se acaba el viaje y empieza el trayecto, me
besas, te beso y en ese momento nace una poesía.
Tweet |
hmmm, que bonito. ¿para cuando un nuevo relato?
ResponderEliminarbesos
Pues creo que hoy mismo.
ResponderEliminar