29 jul 2012

Miradas de trapo


Desde pequeños…lo que queremos supone sacrificar algo que también queremos.

Nos aplican la técnica del chantaje desde que tenemos uso de razón: si te lo comes todo, vamos al parque; si duermes la siesta, vamos a la piscina; si estudias mucho, serás alguien en la vida; si sacas buenas notas, irás al campamento…

Y al hacernos adultos… ¿seguimos sacrificando nuestra vida por no defraudar?
En nuestras relaciones de pareja, ¿tenemos lo que queremos y queremos lo que tenemos?

En Asia y África aun existen (y seguirán existiendo puesto que es parte de su cultura) matrimonios preestablecidos en función del linaje, de la dote… y no pestañeamos a la hora de ser críticos, puesto que consideramos que el derecho a elegir por nosotros mismos es básico.
Y mientras en Dheli un padre trabaja para ahorrar y poder pagar que se casen con su hija, nosotros nos enamoramos de la persona más maravillosa del mundo, de la que nos completa, de la que comparte nuestras aficiones….y lo mejor de todo: es recíproco.

En ocasiones la complicidad nunca acaba, en otras ambos se dan cuenta de que no queda nada por lo que mantener la relación, a veces solo uno se da cuenta y hace al otro entenderlo, y otras muchas…simplemente nos acomodamos y pasamos el día a día conviviendo con alguien que nos irrita más que excita, con quien compartir aficiones supone un esfuerzo y la única complicidad que existe es la de fingir delante de los hijos, amigos, familiares que son la pareja del año.
Venga!! Vamos a hacer como cuando éramos pequeños y queríamos que nos comprasen una bicicleta. Empecemos a sacrificar!

Comenzaremos con las cosas básicas: los fines de semana siempre los has pasado con tus amigos; sobre todo los sábados que os juntáis en casa de uno y charláis entre cervezas de la semana, del pasado, del futuro, de futbol, de hombres, de trabajo….de lo que sea.
Pero desde que empezasteis juntos, os apetece ir al cine, pasear, dedicaros el sábado el uno al otro.

Cuando dejas de tener la ceguera que causa la primera etapa del enamoramiento, comienzas a echar de menos ver a esos amigos.

Hace mucho que no quedas con ellos y en este tiempo a Jose le han despedido, a Claudia la han ascendido, Rosa va a ser madre por segunda vez y a Emilio le engaña su mujer….y todo esto lo sabes por el Facebook….
Así que hablas con tu pareja, la cual no soporta a tus amigos por que dice que son irresponsables, inmaduros y no van contigo, y le comentas que te gustaría parar la tarde-noche de sábado con ellos por que hace meses que no les ves.

Tu pareja, a modo reflexión te dice:
  •           Y yo que hago?
  •           Vente si quieres.
  •           No, ya sabes que no me acaban de caer bien.
  •           Pues no se, queda con tus amigos.
  •           Vale….

Te duchas, te vistes, te peinas y perfumas y te llega un mensaje:
  • Te pasa algo conmigo?
  • No, por qué?
  • No se….es que siempre has querido pasar el sábado conmigo y hoy…
  • Solo es que hace mucho que no los veo.
  • Ya…bueno, si son más importante para ti que yo... (CHANTAJE)

El resto de la historia ya se sabe…
  •           Que sí, que te quiero mucho, que te echare de menos, que bla, bla, bla….

Al día siguiente (o tal vez dos días más tarde) y con la excusa más absurda del mundo (no le has dado un beso cuando has llegado, no le has mandado un mensaje para darle las buenas noches puesto que te has dormido en el sofá)….tu pareja entra en cólera y te echa en cara que elegiste pasar el día con otros que no eran ella. Así que decide castigarte (sin que tú sepas que es un castigo) y decide que no tiene tiempo a penas de verte durante una semana.
Evidentemente, el sábado siguiente cuando le dices que quieres que lo paséis juntos…se acaba la discusión. De nuevo os queréis con locura.

Y ahí acabas de dejar de jugar al scalextric para ponerte a hacer los deberes y poder ir mañana al parque de bolas….como cuando eras niño.

Después de eso, te comprar un piso al lado de tus futuros suegros porque tu pareja decide que es lo más cómodo, os casáis porque a la abuela le hace ilusión y, aunque nunca creíste en la Iglesia, lo haces en ella porque es la tradición familiar, viajas a la Riviera Maya cuando lo que realmente quieres es ir con la mochila a África, tienes un hijo a los 32 porque todos los amigos del grupo ya tienen uno, te compras un monovolumen cuando lo que siempre has querido es un deportivo….dejas de tener casi nada en común con tu pareja (os une una hipoteca ,un hijo y un circulo social) pero no te paras a pensar en separarte porque….¿quien se quedaría el coche? ¿El perro? ¿Los niños? ¿La tele? ¿Que pensarían tu familia, tus amigos, tus vecinos?

¿Como sería tener una relación de pareja si desde que somos niños las viviésemos como queremos hacerlo, en vez que como nos han enseñado que se deben vivir?

No sé si sería más fácil o más difícil pero sí que sería más honesto.
No habría eternos amantes, no diríamos Sí cuando queremos decir NO, tu te irías a África mientras tu pareja disfruta en Riviera Maya, estaríais juntos cuando ambos quisierais estarlo, seguiríais manteniendo las relaciones con los amigos, os comprometierais hasta donde quisierais hacerlo y durante el tiempo que quisieseis estarlo.

Tu serías parte de tu pareja y tu pareja de ti, pero conservando la independencia, la confianza, tus gustos, tu escala de valores…conservando el brillo en los ojos y sin que cuando os veáis al llegar a casa tengáis miradas de trapo.

Pero, a fin de cuentas, hacemos lo que nos han enseñado.


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